Procesiones 2013

Procesión del Silencio

En la noche del Jueves Santo, nuestra hermandad celebró su tradicional Procesión del Silencio, que comenzó, como de costumbre, a las 23h00 desde nuestra sede canónica, la Parroquia de San Juan Bautista, y recorrió las calles Mayor, Mollana, Fonament, Bartolico, Plaza de la Malva, Salamanca, San Francisco y Mayor hasta la parroquia.

Acompañó al Santísimo Cristo Crucificado la banda de tambores de nuestra hermandad, tocando las piezas que la han hecho conocida a nivel provincial.

En cuanto a María Santísima de la Esperanza, estuvo acompañada musicalmente por la Agrupación Musical «La Artística« de nuestra ciudad, que interpretó el siguiente repertorio, confeccionado por la propia Hermandad: Amarguras, de Font de Anta; Quinta Angustia, de Font Marimont; Virgen del Valle, de Gómez Zarzuela; Mater Mea, de Dorado Janeiro; Tus Dolores son mis Penas, de Pantión Pérez; La Madrugá, de Moreno; Virgen de Montserrat, de Morales; y Sevilla cofradiera, de Gámez Laserna.

A lo largo del recorrido, la cofradía discurrió con normalidad. Al llegar a la iglesia, se efectuó un encuentro entre nuestros Sagrados Titulares antes de recogerse. El palio entró a las 2h15.

La satisfacción por parte de la Junta de Gobierno, los hermanos, devotos y público fue plena tras una estación de penitencia para el recuerdo.

Algunas referencias:

En nuestra web: Preciosa y satisfactoria Procesión del Silencio y Primeros vídeos de nuestras procesiones.

En «Pasión en Monóvar«: Señorío y elegancia en la Procesión del Silencio.

Crónica de la Procesión del Silencio 2013

Amor y Esperanza

Cerradas las puertas de la Cuaresma, Monóvar abre sus ventanas de par en par, para ver el discurrir de la armonía y el amor.

En las últimas horas del Jueves Santo, día del amor fraterno, la Hermandad del Stmo. Cristo Crucificado y María Stma. de la Esperanza, pone en la calle la mayor muestra de amor que puede haber sobre la Tierra, el amor de una Madre a su Hijo.

Porque María es conocedora ya, de que una parte de su corazón pende herido de muerte, clavado en una cruz allá en el monte Calvario. Las manos y los pies del Hijo del Altísimo, han sido traspasados por el hierro, y el dolor producido por los golpes, las heridas sangrantes que infringe la corona de espinos, y el agotamiento por el peso del madero, se ven reflejados ahora en el rostro de María.

Dolor y Esperanza. Dolor en María que hace que siete lágrimas cristalinas resbalen por sus mejillas. Dolor en Jesucristo que apenas puede respirar y pide perdón para aquellos que están acabando con su vida.

Pero María no está sola, una cofradía, un pueblo entero, un cortejo de hermanos la acompaña y la llevan en un altar rodeado de flores, iluminado con una espléndida candelería, y purificando el camino con incienso aromático. Un largo río de cirios, le indica el camino por el que hace unos instantes ha pasado su Hijo, ella marcha apurada para estar a su lado, pero la noche se le escapa entre los dedos. Esos delicados dedos que sostienen un pañuelo de encajes, en el que se recogen sus benditas lágrimas.

Y Cristo la busca con la mirada, entre sus fieles, entre rostros expectantes y rezos suplicantes. Entre mayores y niños, entre hombres y mujeres, entre gentes que sienten como tú, y lloran como tú, gentes que reciben tu llamada y no saben decir que no.

Ya entra la madrugada, todo se detiene, silencio; clamoroso silencio que rompe la noche, porque la Madre y su Hijo están frente por frente y una cuadrilla de costaleros y costaleras los izan, y los mecen al son de unos pentagramas de Pasión que vuelan en la noche serena.

Vosotros, Cristo y Esperanza, atrapáis en vuestras manos el corazón de un pueblo entero. Vosotros que con una simple mirada, sois capaces de sacar de nuestro interior, las emociones que ni siquiera nosotros conocemos.

El viento que antes corría entre tu candelería y tus varales, ya no tiene fuerza para moverlos, y ahora ya no se llama aire, sino armonía. Armonía y mesura en la recogida de una Estación de Penitencia que llama a las puertas de su casa.

Todo está cumplido. El amor ha triunfado y ya solo queda la Esperanza. La Esperanza en una anunciada Resurrección. Porque Cristo ya ha sido elevado al Padre, y María, espera, con Amor y Esperanza.

Pablo Jaén Mira

Procesión del Santo Entierro

En la tarde del Viernes Santo, nuestra hermandad participó en la Procesión del Santo Entierro (19h30), acompañando al Santo Sepulcro tanto en la procesión como en el Santo Entierro posterior. La cofradía ocupó como de costumbre el segundo lugar en el desfile procesional, por detrás de Nuestro Padre Jesús Nazareno y por delante de Nuestra Señora de los Dolores.

Durante la procesión del Santo Entierro, nuestros Sagrados Titulares caminaron al paso marcado por la banda de tambores titular.

El recorrido que seguimos el Viernes Santo fue el siguiente: Mayor, Exconvento, San Juan, Comunidad Valenciana, Maestro Don Joaquín e Iglesia.